L. L.

ADIÓS A 20 AÑOS DE BULIMIA Y AUTOMALTRATO

 

Mi viaje comenzó en el colegio, cuando “inocentes” comentarios tanto por parte de mi familia como de mis compañeros empezaron a hacer más mella de lo que podía soportar a esa edad tan temprana. Toda mi frustración la centraba en la comida, que sumado a malos hábitos hicieron que cayese en una espiral de forma regresiva. Sin quererlo, caí en un juego desconocido para mí, pero que con el tiempo se volvió parte de mí y me dominó durante 20 años. 20 años de lucha con idas y venidas, siempre luchando por tener un equilibrio con la comida, intentando dietas y volviéndome una adicta al deporte, pensando que era lo que necesitaba por encontrarme bien conmigo misma.

 

Hubo un momento que toqué fondo y busqué ayuda por mi cuenta, algo que nunca pensé que podría hacer. Mi primera luz fue una psicóloga que me hizo entender de dónde venía todo el problema y cómo canalizarlo y ella me derivó a mi segunda luz, Ylenia que me enseñó a amar saludablemente a la comida. Llegué a Ylenia sin esperanza, sin ilusión y sin remedio. Fueron años de mucho trabajo y esfuerzo, con cambios importantes en mi vida en el camino, pero siempre de la mano de Ylenia que me guiaba a no frustrar mi ansiedad comiendo como lo llevaba haciendo muchos años.

 

Me enseñó que todo estaba en mi cabeza, que me merecía toda la pasión, ilusión y amor que siempre intentaba dar a los demás. A amar el deporte por sentirme bien y no por quemar calorías, a mirarme al espejo y sonreír (y no llorar), a tener confianza en mí misma, a poder disfrutar de las salidas sociales para apreciar la compañía sin dejar que los pensamientos negativos sobre la comida me consumiesen y, sobre todo, a tener un equilibrio tanto mental como físico.

 

Ha llegado el momento de poner en práctica todo lo aprendido, de caminar sola soltada de la mano y sobre todo de quererme a mí misma por encima de todo por el resto de mi vida. Nunca le estaré lo suficientemente agradecida por todas las palabras, la paciencia y la confianza que ha puesto en mí.

 

Prometo no defraudarte, Ylenia, mil gracias por todo.

© Ylenia López-Llata

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